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El guardián del umbral

Medidas: 100x100 cms

Acrílico y óleo sobre lienzo

$ 14,000 MXN

La figura, dividida entre luz y sombra, encarna la dualidad esencial de la existencia. El dorado revela lo divino oculto en lo humano, mientras el silencio del guardián invita al espectador a confrontar su propio umbral interior.

El guardián del umbral

En esta pieza, la figura emerge como un ser sin rostro definido, dividido en dos mitades: luz y sombra. La frontalidad de su presencia, envuelta en un rojo intenso, recuerda tanto a lo sagrado como a lo humano, a lo terrenal y a lo intocable.

La línea dorada que cruza el rostro no es ornamento: es revelación. Oro como símbolo de lo eterno, de lo divino que habita en lo oculto. La figura, silenciosa, no mira ni habla, pero guarda. Se convierte en guardián de aquello que trasciende las palabras, de lo que sólo puede ser sentido.

En esta obra, la artista confronta la dualidad esencial de la existencia: el yo fragmentado entre lo visible y lo invisible, lo vulnerable y lo indestructible. El “Guardián” no responde, sólo observa; no concede paso, sólo custodia. Y en su silencio, invita al espectador a enfrentarse con su propio umbral interior.